Cada generación trae consigo una gran guerra. Puede que tarde años en revelarse por completo, pero el guerrero experimentado sabe que la preparación lo es todo. Ahora, en 2025, los íconos del thrash metal de la Bay Area, TESTAMENT, regresan con su decimocuarto álbum de estudio, Para Bellum, a través de Nuclear Blast Records. Tomado de la frase en latín Si vis pacem, para bellum – "Si quieres la paz, prepárate para la guerra" – el álbum se presenta tanto como un grito de guerra como una observación de la incómoda alianza de la humanidad con sus propias creaciones. A medida que la tecnología se acelera y la desconexión aumenta, Para Bellum muestra a TESTAMENT reflejando el caos moderno a través de una música que es urgente, afilada e inquebrantablemente humana.
Fiel a su legado, Para Bellum es una clase magistral en la composición dinámica de thrash, guiada por el guitarrista fundador Eric Peterson y el vocalista Chuck Billy, quienes continúan liderando la banda con visión y fuerza. Cada canción del álbum se sostiene por sí misma – distinta en estructura, clave y atmósfera –, pero juntas, crean un disco que fluye sin problemas, como un rompecabezas, a través de épocas y estilos. Desde el inquietante "Shadow People", cargado de groove, hasta la intensidad vertiginosa de "Infanticide A.I.", la banda explora temas atemporales e inmediatos: la invasión de la tecnología, el pavor sobrenatural, el colapso generacional y duelos dignos de un enfrentamiento a la "The Gathering" en "High Noon".
"¿Quién es el más rápido?", bromea Billy, "suena como si estuviera a punto de haber un empate." Las canciones cambian sin esfuerzo de un thrash aplastante a una oscuridad espeluznante, con Chuck extendiendo su voz a través de cantos limpios, rugidos guturales y susurros de fatalidad, todo en perfecta sincronía con el estado de ánimo de cada pieza.
Para el deleite de muchos fans de Testament de toda la vida, este disco también incluye una balada por primera vez en muchos años. Formulada con precisión para integrarse sin esfuerzo en el álbum, "Meant To Be" contiene un mundo de variedad en sí misma; "Me encanta cómo la canción arranca al final y simplemente no mira atrás", explica Peterson. "Es diferente, pero encaja. Es como un soplo de aire fresco." Esto también marca otro momento novedoso para la banda al usar cuerdas orquestadas de verdad, interpretadas por el violonchelista de renombre mundial Dave Eggar.
Una evolución importante en Para Bellum es la incorporación del potente baterista Chris Dovas, cuya precisión, velocidad y dinámica instintiva infunden al álbum una energía fresca. Trabajando en estrecha colaboración con Peterson durante todo el proceso de composición, Dovas ayudó a dar forma a las estructuras de las canciones, aceleró el flujo de trabajo e inyectó un nivel de versatilidad que amplifica el toque moderno del álbum sin desviarse del sonido de Testament. "Está tan inspirado y es tan rápido para devolver ideas", dice Peterson, quien también incorporó más fuertemente sus propias influencias de black metal esta vez, tanto vocalmente como en el trabajo de guitarra. Canciones como "Infanticide A.I." y "For the Love of Pain" reflejan este enfoque de fusión de géneros: bases de thrash ajustadas con toques de atmósfera de black metal. "Eric y yo tenemos muchas influencias similares", explica Dovas, "Trabajamos muy de cerca en este álbum y lo pasamos muy bien."
Junto a Peterson, el trabajo de guitarra de Alex Skolnick sigue siendo a la vez afilado y explorador. "Este álbum captura muchas facetas diferentes de la banda a lo largo de los años, junto con algunos sonidos nuevos y frescos", señala Skolnick. "Hay un poco de todo para todos. No se decepcionarán." La sección rítmica se completa con el inimitable Steve DiGiorgio, cuyas líneas de bajo "walking" añaden una profundidad técnica y un registro bajo únicos, encajando a la perfección con la expresiva batería de Dovas. Mientras tanto, Chuck lidera la visión lírica con contribuciones del colaborador de toda la vida Del James y otros amigos, tejiendo una mezcla de mitología sobrenatural, comentarios sociopolíticos y pavor apocalíptico.
Grabado con Juan Urteaga y mezclado por primera vez por Jens Bogren, Para Bellum está extremadamente pulido y funciona a toda máquina. La portada, pintada una vez más por Eliran Kantor, captura la esencia del álbum: un ángel sereno hecho de misiles, una explosión convertida en un halo, rodeado de cultistas con palas y libros atados a sus rostros. Es una metáfora visual de la creencia ciega y la autodestrucción, creada, notablemente, a mano, en una era inundada de imágenes generadas por IA.
En sus notas de apertura, Para Bellum hace un guiño al pasado al resucitar un puente perdido de The Legacy, un momento que cierra el círculo y ancla el expansivo viaje sonoro del álbum. Y al terminar, lo hace pacíficamente, con un momento de "fingerpicking" de estilo clásico que Peterson ha utilizado durante mucho tiempo para calentar sus manos antes de la batalla. Desde la primera nota hasta el último aliento, Para Bellum es un álbum de guerreros, creado en el caos y construido para sobrevivir a las guerras que vendrán.
